La Mac Para Charger es una nueva propuesta que contiene todo ese “saber hacer” en un parapente de iniciación-progresión fácil de volar y con un rendimiento notable. Test by Daniel Crespo


La marca checa Mac Para lleva varios años pegando fuerte en el mundo del paramotor, con modelos polivalentes para la iniciación como la serie Eden, una vela de libre disponible con bandas de paramotor, modelos réflex más avanzados como el MacJet que ya probamos en su día, o el espectacular T-Ride, el biplaza de paramotor con mejor mando que hemos probado hasta el momento. La Charger es su nueva propuesta que contiene todo este “saber hacer” en un parapente de iniciación-progresión fácil de volar y con un rendimiento notable.

El Charger es un modelo réflex con perfiles gruesos , con un alargamiento de 5.14, 46 cajones y una construcción interna de mucha calidad y detallista en extremo. Cuenta con costillas diagonales, sistema de cintas de carga, minicostillas, varillas en borde de ataque y refuerzos de Mylar. Homologado EN B, es un parapente muy fácil y seguro también para volar en libre. La propuesta visual de este parapente nos gustó pues supone una vuelta de tuerca sobre la estética clásica de Mac Para, con franjas y curvas añadidas en un diseño de tres colores.

La Charger tiene una definición soberbia, los acabados son impecables, el borde de ataque, limpio y sin arrugas, además de tener una línea del borde de fuga tensa en todo momento. El diseño de la vela va por una línea diferente, tiene personalidad con un toque entre elegante y deportivo.

Pilotaje

En cuanto al pilotaje, el Charger es realmente fácil de volar e indulgente desde el mismo inflado. Ofrece reacciones amortiguadas para un nivel de pilotaje desde la iniciación. A pesar de ello no resulta aburrido ni carente de emoción ya que tiene suficientes matices para disfrutar con giros suaves y precisos.

Tiene un mando progresivo y buen tacto aunque el recorrido es largo, dificil de sobremandar. Tras soltar los mandos el Charger quiere volver a su posición neutral por sí mismo.

Los trimmers son sencillos de ajustar y el acelerador resulta corto, blando y plenamente utilizable. Para volar rápido contamos con los minimandos que controlan la dirección de vuelo a la perfección. Esto y sus cualidades: solidez, velocidad y tasa de caída, lo hacen muy efectivo para navegar y pasear.

Rangos de peso

Probamos el Charger en la talla 28 (113-160Kgs). Volamos en el rango medio de pesos despegando a pie, con 145Kg de carga total en vuelo. En esta configuración la vela es absolutamente sólida, contenida en todos sus ejes y muy suave de mando. Volando en paratrike en el rango superior, cargado con 160 kg, la sensación de aplomo se mantiene intacta pero ofrece más velocidad y una mejora en el mando.

Inflado nivel aprendiz

Este es uno de los puntos fuertes de la Charger: hasta los pilotos más novatos conseguirán controlar los despegues apenas practicando un poco. Solo hay que empujar las bandas “A” sin aflojar hasta que la vela suba a la vertical y, si hemos sido progresivos con el gas, ni siquiera necesitaremos retener la vela, pues ésta se queda centrada y mantiene la presión y el rumbo. Aunque es una vela réflex rápida, una vez en carrera y teniéndola sobre la cabeza podemos ayudarnos con los frenos para conseguir que la carrera resulte fácil y corta.

El manejo en tierra es bueno, bien sea inflando de frente o de espaldas, ya que todo el proceso es “lento” y fácil de entender. La vela es estable en sus ejes y una vez sobre la cabeza se mantiene en control con poco esfuerzo, no tiene tendencia a caerse o irse de lado por lo que, en general, es fácil de llevar, también en paratrike.

Sólida y buena para recorrer distancias

La seguridad y solidez prima sobre otros aspectos de la Charger, para ello cuenta con perfiles réflex. Pero resulta que el diseño de los perfiles es eficiente también en modo lento así que no exige demasiado motor para despegar y mantenerte en vuelo nivelado. Si soltamos el trimmer y pisamos el acelerador a tope necesitaremos casi toda la potencia del motor, así me sucedió volando en paratrike con motor C-Max 175 con una carga total en vuelo de 175 kg, lo que tampoco está mal. Volando a pie pide menos motor, por supuesto.

Personalidad

Esta vela de iniciación-progresión cuenta con un diseño muy característico: la bóveda es muy plana en el centro, con unos estabilos que caen de forma pronunciada; un estilo de diseño que permite una gran área de sustentación central y mucha estabilidad direccional. Esta configuración hace que el Charger sea muy interesante para navegar y pasear.

Giro y maniobrabilidad:

El mando de la vela es suave, progresivo y muy, muy largo... Su vocación es de vuelo recreativo tranquilo y pone un gran énfasis en la seguridad y el vuelo estable. El giro es más “aeronáutico” que pendular, fluido con trazadas amplias, pero lento y suave, “0” estrés. Los más osados pueden darse una vuelta (o dos) de freno y esforzándose un poco podrán desarrollar giros alegres con un toque deportivo. Pero, definitivamente, si te va el freestyle, éste no es tu parapente.

Minimandos

El Charger cuenta con unos minimandos colocados estratégicamente bajos, casi a la altura de los mosquetones. Estos se utilizan cuando hemos soltado el trimmer y puesto la vela en modo réflex, a partir de entonces podemos pisar el acelerador y pilotar con estos comandos. Se hace así porque si utilizamos los frenos convencionales “desactivamos” el modo réflex y podemos sufrir una plegada. Lo cierto es que funcionan de maravilla, con apenas un gesto, entre dos y tres centímetros, podemos mantener el rumbo y hacer pequeñas correcciones. Al principio me parecieron muy bajos pero comprobé después que es una buena idea. Para vuelos largos resultan cómodos y eficaces. Al llevar las manos en una posición más baja quedan menos expuestas al viento (frío) y además se favorece la circulación.

¿Para quién?

Este parapente réflex está dirigido a un amplio grupo de pilotos, ¡desde la iniciación! Un parapente perfecto para progresar gracias a su inflado de escuela, reacciones tranquilas y alta seguridad pasiva. Sin embargo, su velocidad y solidez lo hacen también muy atractivo a los pilotos que ya son expertos y quieren hacer travesías y navegaciones con buena velocidad pero sin estrés ni despeinarse en las zonas de turbulencia.

Velocidad al alcance de todos

Muy buenos registros para un parapente dirigido a pilotos desde la iniciación: a manos libres y con el trimmer en neutro la Charger avanza a 45 Km/h, si soltamos trimmer nos acercamos a los 52 Km/h. El réflex funciona perfectamente y, junto con el concepto de diseño de la Charger, consigue darle una gran cohesión a la vela. Con el acelerador a tope llegamos a los +62 Km/h, un par de km/h más volando en paratrike sin que sea necesario utilizar todo el empuje (pero casi) del motor Cisco C-Max 175 que equipábamos.

Conclusión

Un parapente en el que prima la seguridad, el Charger ofrece estabilidad y solidez réflex a prueba de bombas. Tiene un inflado de escuela y, aunque el mando es largo, también tiene buen tacto y los giros son fluidos. El rendimiento en general es bastante bueno, por un lado en vuelo lento cuenta con buena tasa de caída así que no pide mucho motor para despegues cortos y navegar con poco gas. Y por otro, su rango de velocidades es notable llegando hasta los 62 - 65 Km/h. Lo mejor de todo es su facilidad de uso y la tranquilidad que transmite.

Lo +: Fácil, segura y rápida.
Lo -: Sin vocación de slalom.

www.ojovolador.com (Daniel Crespo V.)